¡Qué risa de huesos!


Así es como empieza esta historia.
en una oscura, oscura colina, 
había una oscura, oscura ciudad.
En la oscura, oscura ciudad,
había una oscura, oscura calle.
En la oscura, oscura calle, 
había una oscura, oscura casa.
En la oscura, oscura casa, 
hacia una oscura, oscura escalera.
Bajo la oscura, oscura escalera,
había un oscuro, oscuro sótano.
Y en el oscuro, oscuro sótano...
...vivían tres esqueletos.
Había un gran esqueleto,
un pequeño esqueleto
y un esqueleto perruno.

Estas son las primeras líneas del libro ¡Qué risa de huesos!. 

Con este comienzo acumulativo y lleno de tensión, nos adentramos en una historia repleta de huesos.

Los protagonistas son gran esqueleto, pequeño esqueleto y esqueleto perruno. Ellos viven en un oscuro sótano, bajo una oscura escalera, en una oscura casa, en una oscura calle, de una oscura ciudad, en una oscura colina.


Como veis una descripción bastante escalofriante, que de primeras nos asusta.
Pero esa sensación cambia al ver la cara de los tres esqueletos, sonrientes, simpáticos y nada terroríficos.


En la siguiente escena, los tres en la cama piensan qué podrían hacer aquella noche. Pequeño esqueleto propone sacar a pasear al perro y de paso asustar a alguien, y esta genial idea le parece magnifica a gran esqueleto.


Es aquí cuando empieza el periplo por la ciudad, paseo por las calle donde ven casas, tiendas, el zoo, la comisaría y el parque.

Una vez llegaron al parque la misma escena que sucedió en la cama. Gran esqueleto se vuelve a rascar la cabeza y pregunta qué pueden hacer. Y de nuevo, pequeño esqueleto propone jugar en los columpios, tirar un palo a esqueleto perruno para que  corra y juegue y por supuesto....¡asustar a alguien!

Pero algo que no estaba en sus planes sucedió. El esqueleto perruno se dio un golpe tremendo, desmontándose por completo y quedando en un montón de huesos.

El gran esqueleto y el pequeño esqueleto lo montan mientras cantan una simpática canción, pero el resultado, es cuanto menos desastroso.

Después de conseguir montar a su mascota, decidieron dar una vuelta por el zoo y a esas horas de las noche todos dormían, todos excepto los esqueletos de los animales. 

Allí se lo pasaron en grande con ellos, pero llegó el momento de volver a casa y como no habían encontrado a nadie a quien asustar, pensaron asustarse a ellos mismos.

Después de jugar un buen rato volvieron a su oscuro sótano, bajo una oscura escalera, en una oscura casa, en una oscura calle, de una oscura ciudad, en una oscura colina. 

Así es como termina esta divertida historia, tal y como comenzó. 

En el cuento no queda definido el género de los esqueletos, solo vemos que duermen juntos, pero no sabemos si son padre/madre e hijo/a, si son pareja, amigos/as, hermanos/as... Lo que si que queda claro es que el gran esqueleto pregunta y es el pequeño esqueleto el que propone todos los pasos a seguir.

En varias escenas encontramos el formato de cómic: viñeta y bocadillo. También juegan con el tamaño de la tipografía de esos bocadillos para mostrar la intensidad del interlocutor. Y además esos diálogos los encontramos en mayúsculas, para facilitar la lectura de los prelectores.

A lo largo del cuento se repite el esquema del "oscuro, oscuro", no solo al inicio y final de la historia. "Rodearon el oscuro, oscuro estanque; cruzaron las oscuras, oscuras pistas de tenis y se subieron a los oscuros, oscuros columpios". El autor seguramente quería conseguir la intriga e intensidad de lo que sería un cuento de terror, trasmitir al lector que todo era oscuro y siniestro. Pero esto se contrapone bastante con las ilustraciones que son tiernas y divertidas. Además en la historia todo "va y vuelve", es decir, si entran al parque, queda reflejado que salen del parque y además con la misma intensidad e intriga repitiendo el patrón del "oscuro, oscuro". Tiene un carácter progresivo, en sentido ascendente y descendente.

Vemos también una gran cantidad de onomatopeyas tanto por parte de los animales del zoo, como por los protagonistas.  Incluso encontramos el detalle  del GUAU desordenado del esqueleto perruno cuando está mal montado, mostrando así el caos también en esas letras, o de algún animal del zoo con las letras bocabajo cuando el está del revés.

Un cuento genial, que se publicó por primera vez en España en 1982, pero que llevaba mucho tiempo descatalogado y que ahora Kalandraka lo ha traído de nuevo para hacer las delicias de todos.

Un libro que sin duda no puede faltar en vuestra estantería.






Allan y Janet Ahlberg, se conocieron haciendo un curso de formación para profesores y se casaron en 1969. 

Fuente

Desde entonces y durante más de 20 años trabajaron juntos creando unos 37 libros (entre otros la genial obra de El cartero simpático), Allan los escribía y Janet los ilustraba hasta que ella falleció en 1994. 
Janet recibió en dos ocasiones la Medalla de Kate Greenway. Allan ha escrito más de 100 libros.

Jessica, la hija de este artístico matrimonio británico, además de ser la inspiración de muchos de sus libros, también es ilustradora y ha trabajado con ellos. 

En los enlaces de interés os dejamos un par de enlaces a una entrevista que le hicieron a Allan, y otra que dio junto a su hija Jessica. Sin ninguna duda merece la pena leerlas para conocer mejor su historia.


¡Qué risa de huesos!
Allan Ahlberg / Janet Ahlberg
Kalandraka, 2018

Tapa dura
Medidas  20,5 x 26,5 cm 
32 páginas.
ISBN: 978-84-8464-385-2
Edad recomendada: 3-6 años, 6-9 años.

Ideas de actividades: (ver las actividades comunes)

El libro nos da pie a hablar de muchos temas y hacer diferentes juegos:
  • Descripciones.
  • Adjetivos.
  • Onomatopeyas.
  • El estilo del cómic con los bocadillos de los protagonistas o las viñetas.
  • Las rimas.
  • Las exclamaciones y las interrogaciones. (por lo tanto las preguntas y respuestas).
  • El cuerpo humano.
  • El esqueleto de los animales.

Por supuesto también del miedo, y además es un cuento que podemos utilizar en Halloween para trabajar vocabulario de esta celebración.

Tal y como hemos dicho en la reseña, no quedan definidos los roles de los protagonistas, por eso podemos pensar quiénes podrían ser para hablar de la diversidad familiar. También el reflexionar que no solo organiza, propone y manda el gran esqueleto si no que aquí se invierten los papeles de lo que pensarían que es lo "habitual".

Además podremos realizar manualidades que giren en torno a los protagonistas: los esqueletos.
  • Crear un esqueleto con diferentes materiales: con bastoncillos de los oídos, con pasta, con cubiertos de plástico. También podemos hacer solo una parte.


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  • Pero también podemos crear otros animales, tal y como se ven en el cuento.

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  • Además podemos observar esqueletos de diferentes animales, compararlos entre ellos, también con los huesos de los seres humanos.

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  • Pedir a los niños radiografías para observarlas a través de una ventana o con la mesa de luz.
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  • Otras actividades relacionadas con esqueletos.
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  • Podemos hacer un teatro de sombras sobre el cuento. Os dejamos un vídeo del CEIP El Puche Almería.



  • Además de aprendernos canciones sobre esqueletos.












Enlaces de interés: 

Ficha del libro en la web de la editorial.

Aquí podéis encontrar una muestra del libro.

Entrevista a Allan Ahlberg. Entrevista a Allan y Jessica Alhberg.





Paula B.

1 comentario :

  1. Anónimo23.10.23

    ¡Gracias por compartir todas estas sugerencias y actividades con el esqueleto! 😘

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