La azotea


Este cuento nos habla de todo lo que una niña puede hacer en la azotea de su casa. Ella crea un mundo de fantasía en el que cualquier excusa es buena para imaginar, crear un juego y disfrutar de ese tiempo en la parte superior de su casa.

La historia comienza con la ilustración de la calle en la que podemos ver el edificio completo y a la protagonista llegando en bicicleta a su casa. 

A continuación nos explica que la parte favorita de su casa es la azotea ya que allí haga frío o calor siempre se puede divertir. 


Allí donde nadie la ve puede hacer todo tipo de travesuras: gritar, correr, saltar... aunque alguna vez se de algún que otro golpe. 


Desde allí también puede ver las ferias, e incluso cuando está en la noria ella sigue buscando su azotea. 


Juega a piratas y con su catalejo investiga todo lo que ocurre alrededor. 


Tan solo hay una cosa que hace que esa diversión pueda romperse, es cuando alguna cosa mala ocurre y su madre lo descubre. Es solo en esos momentos de castigo o cuando se va a la cama por la noche, cuando tiene que dejar de lado su ansiado escenario de juegos.


Pero siempre hay momentos para seguir disfrutando en familia de ese lugar favorito.

Un libro de sencillas ilustraciones (algunas de ellas desplegables) en tonos naranjas y verdes que junto a un texto no muy extenso, nos muestra que cualquier lugar es bueno para crear historias, pasarlo bien, sin necesidad de tener juguetes u objetos que en ocasiones creemos que son imprescindibles para divertirnos.

Todos en nuestra infancia hemos tenido ese lugar secreto, un sitio donde todo podía ser posible, donde nos hemos divertido solos, con nuestros hermanos o primos. Allí pasábamos las horas sin necesidad de mucho más.

Una tierna historia, repleta de detalles en la que podemos sumergirnos con los más pequeños.

La autora, Laura Gamero nació en Sevilla en 1979, y es allí donde pasó gran parte de su infancia en la azotea de su casa. Se licenció en Comunicación Audiovisual y su pasión por la escritura hizo un Postgrado en Guion en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña. Ha realizado trabajos como guionista de distintos formatos televisivos principalmente de animación para niños y también documentales. También se animó con la animación 3D y desarrollo su labor como productora en grandes proyectos como el cortometraje La Dama y la Muerte (que recibió un Goya y también estuvo nominada a un Oscar en 2010).

Manu Callejón nació en 1981 en Granada. Estudió Bellas Artes y siempre estuvo interesado en las tecnologías relacionadas con la ilustración. Ha trabajado como director de arte y diseñador gráfico.

La azotea ha sido seleccionado como uno de los mejores libros de 2016 por la Muestra de libro infantil y juvenil de Madrid.

La azotea
Laura Gamero / Manu Callejón
La Tribu, 2016

Tapa dura. Medidas  23 x 23 cm 
36 páginas.
ISBN: 978-84-942583-4-3
Edad recomendada: 3-6 años.

Ideas de actividades: (ver las actividades comunes)

Este libro es un claro ejemplo de como una situación cotidiana y real nos ofrece la posibilidad de fomentar nuestra imaginación.

Por eso, algunas propuestas de actividades podrían ser las siguientes:
  • Entregar a los niños una serie de objetos que no sean en principio juguetes: una tela, un cojín, una escoba... Y pedirles que inventen en que se puede convertir cada uno de ellos. La tela en una capa de superhéroe, por ejemplo,
  • Mostrar a los niños imágenes de diferentes estancias de una casa y pedir a los niños en qué escenarios podrían convertirse cada uno de ellos. La cocina en un restaurante, el baño en una peluquería...
  • Entregar a los niños juguetes para que piensen qué otras cosas podrían hacer su función. Por ejemplo un coche, lo podemos hacer con una cajita de cerillas.
Además de este tipo de actividades, donde entran en juego la creatividad y la imaginación, también podemos construir con ellos juguetes con materiales reciclados.

Fuente
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En este enlace podéis encontrar muchas más ideas.

Enlaces de interés:

Aquí tenéis el enlace a la editorial donde podéis encontrar una muestra del libro.


Lorena Vázquez