La ventana mágica


“Desde que nacemos, nuestra vida es una sucesión de cambios.
Dentro de cada uno de nosotros, hay una parte que ansía crecer y vivir aventuras y otra que desearía quedarse para siempre en terreno conocido.
Julián, el carpintero del colegio lo sabe muy bien, y por eso cada año abre su ventana, para que puedan asomarse aquellos que aún no han descubierto que detrás de cada recodo del camino nos espera la magia y la ilusión que la vida nos tiene reservadas”.

Leyendo la contraportada ya nos podemos hacer idea de qué va a tratar el libro. 

A todos, a cualquier edad los cambios nos imponen respeto y nos asusta la incertidumbre de no estar a la altura de lo que nos exige el nuevo reto . El cuento nos propone mirar el futuro con confianza y tener la certeza de que podremos avanzar en la vida. 


Para eso necesitamos un adulto (padres, abuelos, profesores...) que nos abra esa ventana y nos anime a mirar lo que la vida nos muestra; que crea firmemente  en nosotros y que nos transmita esa confianza y seguridad en que todo se adaptará a nuestras posibilidades. La ventana mágica, nos anima a ponernos frente a los miedos y continuar hacia adelante, aún con ellos caminando a nuestro lado.


Es interesante ver en la parte interna de la contraportada del libro el significado de la alondra, que se encuentra en una de las ventanitas. Nos habla de que es un pájaro que canta en pleno vuelo. ¡Canta mientras creces, mientras trabajas, mientras vives...! No esperes a jubilarte; a que tus hijos crezcan o a tener más dinero... Por eso encontramos a  la alondra al lado de cada número de página, para ayudarnos a pasar página y mirar hacia adelante. 


Creo que es un cuento para que al menos la primera vez sea un adulto el que lo lea al niño; para que sea una persona que le ama quien le transmita ese mensaje de confianza en la vida y en sus propias posibilidades.


Ana Isabel García CapapeyLicenciada en Derecho, en posesión del C.A.P. Terapeuta Gestal. Instructora en Cuentoterapia.  Formada en el programa SAT Educa, de Claudio Naranjo. 

Desde hace varios años imparto cursos y talleres relacionados con la gestión de las emociones, especialmente con las pérdidas y el duelo, utilizando los cuentos como principal herramienta. Mi trabajo de Cuentoterapeuta abarca terapia individual, talleres para niños,  cursos para profesores, padres, personal sanitario, cuidadores formales y no formales, personas mayores de 60 años y empresas privadas. 

He sido cuentista desde pequeña. Y si lo pienso, también Cuentoterapeuta, porque he utilizado las historias para ayudarme a entender el mundo; para soñar; para acompañarme en la soledad y también las he regalado a otros cuando mi corazón me ha dicho que las necesitaban. Recientemente, he publicado mi primer cuento ilustrado “La ventana mágica”.


La ventana mágica
Ana Isabel García Capapey/ Rocío La Pequeña
Ediciones La Alondra (autoedición), 2016

Tapa dura
Medidas  25 x 25 cm 
29 páginas.
ISBN: 978-84-608-9776-7
Edad recomendada: 3-6 años, 6-9 años, 9-12 años.

Ideas de actividades: (ver las actividades comunes)
  • Como actividad propongo hablar con nuestros hij@s o alumn@s de nuestros propios miedos y mostrarles como la forma en que nos hemos enfrentado a ellos nos ha hecho más fuerte. Hacer entre todos un listado de miedos y comentarlos. Esta actividad encaja muy bien en un taller padres-hijos.
  • Otra actividad sería comenzar leyendo el cuento y dejando un espacio para comentar con niños y padres. Seguidamente se hace una pequeña visualización en la que se imaginen abriendo una ventana y observando atentamente lo que hay en el exterior. Pueden salir a través de esa ventana (es mágica) y buscar un camino en el exterior para andar por él, observando atentamente lo que les rodea (olores, temperatura, si hay otros seres alrededor o alguien viene con nosotros…) Después,  plantear a los niños y si están los padres también a ellos, que dibujen una ventana y comentar qué es lo que han visto y sentido a través de esa ventana. Primero mirando hacia afuera (es decir, cómo percibe el niño el exterior y el camino de la vida) y luego mirando desde fuera hacia adentro de la ventana (¿Quién vive allí dentro, cómo es el interior, cómo se llevan entre sí sus habitantes?) De lo que se trata aquí es de ver el concepto que el niño tiene de su propio hogar y del lugar que ocupa en él. 
  • Con niños pequeños una actividad que les gusta mucho es preparar entre todos unas ventanas de goma eva, cartón, etc y decorarlas con pegatinas, brillantitos, rotuladores, fotos, etc. Podemos asomarnos a esa ventana de uno en uno y comentar que cosas nos producen miedo o nervios, o nos hacen sentir incómod@s.

Enlaces de interés: 

Página de Facebook de la autora.

Facebook del libro.

Web de la ilustradora.




Anabel García Capapey

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